Había una vez una rana que vivía a orillas del rió y ayudaba a otros animales e insectos a cruzar el río.
Un día se le acerco un escorpión y le pidió que lo cruzara a la otra orilla. La rana le dijo que ni loca, que sabía que apenas lo cargara en su lomo el escorpión la mataría; pero el escorpión le dijo que no la picaría porque si la mataba se ahogarían los dos.
A la rana le pareció lógico y como era una rana muy buena lo cargo en su lomo y empezó a cruzarlo. La rana lo llevó, pero en el medio del río el escorpión la picó.
La rana no podía ser de otra manera, por eso lo ayudó; ella no era desconfiada, siempre le ganaba su naturaleza.
En eso la rana y el escorpión eran iguales, ninguno podía cambiar su verdadera naturaleza. La rana era buena y el escorpión traicionero.
Como el escorpión, nadie escapa a su propia naturaleza; la naturaleza es como un río, nunca cambia su curso ni se puede nadar contra la corriente. Así que mejor dejarlo fluir y que la corriente nos lleve.






2 comentarios:
Ah listo. Lo que me faltaba jaja (?)
no entendi viste, pero alguien tenia que hacer un comentrio jaja :)
después te explico bien :B ajaja
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